Mi querido amigo,
Como ves, hace un montón de meses que no he publicado nada, pero no obstante si que he ido escribiendo algunas cosas en mi libreta secreta. Cosas que voy a ir volcando aquí porque quiero que las leas tal como haces siempre: Disfrutando de su contenido, sin juzgarme y conociéndome cada día un poquito mas....
Estoy despistada. No sé... creo que hoy algo se rompió en nosotros. No fui capaz de realizar sus fantasías y se enfadó mucho, de hecho ya vino de mal humor, según él porque ya sabía que no sería capaz de ello.
Al final, tuvo un orgasmo como hacía tiempo no le veía tenerlo, no sé si porque llevaba tres días sin hacer nada, o porque le encantó verme allí tan triste y sumisa aplicándome lo mejor que sabía para hacerle llegar al infinito y demostrarle que aunque no pudiera hacer ciertas cosas, en otras era una experta. SU experta. Pues es él quien me enseñó lo que se y cómo hacerlo a su manera... como más placer le da... Aún así siento que algo dentro de mí se rompió.
Cuando ya se disponía a marchar porque era la hora, le dije: -Bueno, supongo que esto ya es una despedida...
-No se... (dijo mirándome a los ojos y sonriendo picaronamente por primera vez en todo el rato) me lo tengo que pensar y ya veremos....
Le sonreí y le di un beso en los labios, beso al que correspondió pero rechazó mi abrazo y salió corriendo. Como siempre, le envié un mensaje al móvil mientras va en el tren para que no se aburra pero esta vez ni me contestó.
Siento una tristeza dentro de mí como hace tiempo que no sentía con él. Se que esta relación me está destruyendo pero no la puedo dejar. Aún así... hoy algo se rompió dentro de mí. Dentro de los dos.
Se que nos hemos medido las fuerzas y como siempre, ganó él. Aunque no lo tengo tan claro... ¿Por qué se quedó después de vestirse? Según él no quería hacer nada, pero no obstante se dejó hacer... E incluso me amenazó diciéndome que "yo misma, pues él no pensaba decir nada ni tocarme siquiera". Sentada en el sofá, a su lado, empecé a acariciarle por encima de la ropa... y dentro de mi tristeza, con los ojos cargados de lágrimas y rezando para que no salieran, le iba diciendo palabras y frases que se que le gustan...
Al final acabamos en la cama y cuando él estaba a punto de correrse por mi estupenda mamada, paré y le miré a los ojos... El lo tomó como que yo estaba disfrutando tanto que no quería terminar todavía mi rico helado y me preguntó ya sonriendo abiertamente:
_¿No quieres que me vaya todavía?
Tardé un poco en contestar porque en realidad lo que estaba haciendo era sopesar si levantarme y dejarlo allí plantado -ya que lo tenía justo donde quería- o seguir... Pero simplemente contesté:
-No. No quiero que te vayas todavía...
Al tiempo que me giraba y ponía boca arriba ofreciéndome por entero.
_Tócame...
_Ya te he dicho que no
_Por fi... (mordíendome el labio)...
Se empezó a reír, se giró y metiendo su mano en mi entrepierna dijo:
_No veas como estás... rezumando como una verdadera puta.
_Si... rezumando por ti... porque solo soy tu puta.
Y me desahogó como solo él lo sabe hacer....
Cuando por fin mi respiración volvió lentamente a la normalidad abrí mis ojos y le vi mirándome sonriente y picarón, con un puntito de envidia... al tiempo que me decía: - Nena, hay que ver lo bien que te lo pasas... Me aferro a ti de nuevo porque en ese momento solo deseo abrazarte. Necesito que me des un gran abrazo, tan inmenso como el orgasmo que acabo de sentir... Pero vuelvo a cerrar mis ojos y muerdo fuertemente mis labios para no dejar escapar lo que tanto deseo... para que no salgan las dos palabras prohibidas que me muero por pronunciar: TE AMO.
Y la tristeza seguía en mi. Era como un pajarraco negro y horripilante planeando sobre nuestras cabezas.
Después me afané a base de bien con él y le produje un orgasmo como hacía tiempo no sentía. Él sonreía y se le veía ya bien, sin mal humor. Nos aseamos, nos vestimos... y para mi sorpresa se sentó en el sofá y empezó a hablarme de política, de lo que él pensaba sobre la situación que está viviendo nuestro país... etc.
Parecía relajado y podría haber sido uno más de nuestros encuentros, pero... Algo seguía planeando sobre nosotros. Esto no era real. Ambos callábamos y actuábamos como si la discusión anterior no hubiera tenido lugar, pero ahí estaba... creando una franja cada vez mayor entre nosotros dos.
Ahora solo siento miedo y tristeza. Miedo porque con la distancia solo recordará lo que no fuí capaz de hacer. Y tristeza porque creo que lo acabo de perder.
Escrito en verano de 2.012