miércoles, 14 de agosto de 2013

Pisando Brasas...

 
 ¿Dónde me estoy metiendo?  ¿Qué poder de dominación o sugestión tiene mi Lobo sobre mi? En la presentación de este blog puse que trataba de la relación un tanto especial de una mujer con su amante, en la que lo único que importaba era disfrutar de la vida antes de que se nos escapase de entre los dedos... Pero al escribirlo, nunca imaginé hacia dónde me podría llevar esto... Tal vez si lo llego a saber lo hubiera parado hace tiempo... -¿o quizás no?- No lo se. Todavía estoy alucinando con el compromiso que acabo de adquirir de hoy.
La última vez que nos vimos él estaba muy cabreado y durante todos estos días sus e-mails han sido de lo más borde. Tanto, que le confesé que me había hecho llorar con sus palabras. Al poco, me envió otro correo electrónico con un tono más suave y conciliador, y por la noche recibí un mensaje al móvil diciéndome que me quería ver. Pero eso sí, antes me hizo escribirle un relato a modo de historia de cómo sería nuestro encuentro... Lo hice, me lo corrigió como siempre hace, y cuando le dio el visto bueno me dijo: _Esto es exactamente lo que quiero que hagas y ahora no puedes decir "no", porque tengo tu compromiso por escrito.
 
Y si... todo salió justo como él quería. Incluso mas.
 


PISANDO BRASAS.... (O la tarde del fatídico "si")

 
Nada mas llegar y casi sin mediar palabra, me senté en el sofá con él de pie frente a mí y empecé a desabrocharle los tejanos para poder acceder a su miembro que ya casi estaba erecto. Mientras luchaba con sus botones (no se por qué no pueden llevar cremallera los pantalones) él metió mano a mi pronunciado escote y liberó mis pechos que estaban pugnando por salir de su encierro... Los apretaba y masajeaba con manos expertas mientras yo conseguía liberar también su pene y llevármelo a la boca para besarlo y lamerlo con fruición. -está tan rico.... mmnnn...- Y sentir como crece a cada lamida o chupetón es algo que todavía hoy me maravilla.
 
Al final me quitó la blusa y dejó mis pechos al aire para poder contemplarlos y acariciarlos a gusto. Tanto fue así, que sin poderlo evitar tuve un orgasmo tan solo con el roce de sus dedos en mis pezones y sus expertas manos en todos ellos.
 
Me pidió que le avisara cuando me fuera a correr, que quería oírmelo decir... Y llegado el momento, cuando él me lo notó y vio que estaba callada, paró y me dijo: -Estás a punto nena...
-No (contesté yo)
-No me mientas. Lo se. Mírate cómo estás... Venga, dímelo, dime lo que quiero oír...
     Sencillamente no podía. Me moría de vergüenza, pero como si no se lo decía paraba de tocarme y alargaba mi agonía, al final le dije lo que él deseaba:
_"Si...me corro... Por favor no... no pares.... "  Lograba decirle entre jadeos... Él me miraba sonriente y satisfecho y su pene estaba tan duro que parecía iba a estallar. Mientras tanto, me iba diciendo cosas para excitarme aún más si cabe. Cosas que sabe me ponen a mil.
 
Después yo seguía mamando su polla y sus huevos... acariciando a veces con fuerza a veces delicadamente su culete y sus estupendos muslos, hasta que comenzaba de nuevo a meterse con mis pechos al tiempo que me hablaba dulcemente... con voz ronca de deseo... y volvía a ponerme otra vez a punto del orgasmo.
 
Metió sus dedos en mi sexo para comprobar su humedad y hacerme rabiar al sacarlos antes de que me pudiese desahogar. Tanto era su martirio, que me descubrí rogándole que continuara... que me tocase como él sabía... Pero se negó prometiéndome hacerlo si me portaba bien cuando nos fuésemos a la cama. ¡Dios! no veía el momento de acabar con el sofá e irnos a la habitación.
 
En esas estábamos cuando metió un par de dedos en mi boca para que los chupara mientras me decía: -Así... buena nena... Imagina que es una polla. Ahora tienes dos pollas para ti sola: Una que es la mía y estás tocando, y la otra que son estos dedos de tu boca... Esto era superior a mi. No podía más... la culpa era de mi gran imaginación. Ahora -continuó mientras sacaba los dedos y metía su gran pene en mi boca- cambias de polla  y te metes la mía... Así... muy bien...
 
Mi cuerpo se estremecía y sin poderlo evitar mi garganta gemía... Y ahí fue cuando aprovechó y me regaló otro par de estupendos orgasmos. ¡¡¡Increíble!!! Esto nunca me había pasado. ¿Qué le sucedía a mi cuerpo? Se supone que a cierta edad el deseo disminuye y ya no te puedes correr tantas veces, pero en mi caso es completamente al revés. Y fue ahí, con esa pasión y deseo, cuando le dije el fatídico "Si" a su última locura o capricho: Me propuso buscarme un hombre para que me lo tirase delante de él, pues según me dijo eso le daría mucho morbo. Y yo estaba tan ardiendo y deseando tenerlo por fin dentro de mí, que sin pensarlo acepté.
 
¿Y ahora qué? ¿Cómo me desdigo?...  Y lo que es más... ¿de verdad me quiero desdecir?
Realmente debo estar loca por dejarme caer así en el abismo.
 
 
 
Ardientemente... Julia,
 Tu isla encantada....
 
 
 
*Escrito el 23 agosto de 2012
Como he estado tanto tiempo sin publicar, iré poniendo las fechas de cuando lo escribí en mi cuaderno secreto.

viernes, 12 de julio de 2013

El paso del tiempo...



El tiempo pasa inexorable
Y nosotros a veces ni somos conscientes de ello.

Tanto por decir...
Tanto por pensar...
Tanto por VIVIR.

Casi un año sin entrar a este mi rincón verdadero
Y tantas cosas y experiencias por contar....


Mil besitos a mis abandonados lector@s de estas Cartas  a ese Lobo tan especial....


miércoles, 23 de enero de 2013

Este verano pasado...


Mi querido amigo,

Como ves, hace un montón de meses que no he publicado nada, pero no obstante si que he ido escribiendo algunas cosas en mi libreta secreta. Cosas que voy a ir volcando aquí porque quiero que las leas tal como haces siempre: Disfrutando de su contenido, sin juzgarme y conociéndome cada día un poquito mas....


Estoy despistada. No sé... creo que hoy algo se rompió en nosotros. No fui capaz de realizar sus fantasías y se enfadó mucho, de hecho ya vino de mal humor, según él porque ya sabía que no sería capaz de ello.
Al final, tuvo un orgasmo como hacía tiempo no le veía tenerlo, no sé si porque llevaba tres días sin hacer nada, o porque le encantó verme allí tan triste y sumisa aplicándome lo mejor que sabía para hacerle llegar al infinito y demostrarle que aunque no pudiera hacer ciertas cosas, en otras era una experta. SU experta. Pues es él quien me enseñó lo que se y cómo hacerlo a su manera... como más placer le da... Aún así siento que algo dentro de mí se rompió.
Cuando ya se disponía a marchar porque era la hora, le dije: -Bueno, supongo que esto ya es una despedida...
-No se... (dijo mirándome a los ojos y sonriendo picaronamente por primera vez en todo el rato) me lo tengo que pensar y ya veremos....
Le sonreí y le di un beso en los labios, beso al que correspondió pero rechazó mi abrazo y salió corriendo. Como siempre, le envié un mensaje al móvil mientras va en el tren para que no se aburra pero esta vez ni me contestó.
Siento una tristeza dentro de mí como hace tiempo que no sentía con él. Se que esta relación me está destruyendo pero no la puedo dejar. Aún así... hoy algo se rompió dentro de mí. Dentro de los dos.



Se que nos hemos medido las fuerzas y como siempre, ganó él. Aunque no lo tengo tan claro... ¿Por qué se quedó después de vestirse? Según él no quería hacer nada, pero no obstante se dejó hacer... E incluso me amenazó diciéndome que "yo misma, pues él no pensaba decir nada ni tocarme siquiera".  Sentada en el sofá, a su lado, empecé a acariciarle por encima de la ropa... y dentro de mi  tristeza, con los ojos cargados de lágrimas y rezando para que no salieran, le iba diciendo palabras y frases que se que le gustan...

Al final acabamos en la cama y cuando él estaba a punto de correrse por mi estupenda mamada, paré y le miré a los ojos... El lo tomó como que yo estaba disfrutando tanto que no quería terminar todavía mi rico helado y me preguntó ya sonriendo abiertamente:
_¿No quieres que me vaya todavía?
Tardé un poco en contestar porque en realidad lo que estaba haciendo era sopesar si levantarme y dejarlo allí plantado -ya que lo tenía justo donde quería- o seguir... Pero simplemente contesté:
-No. No quiero que te vayas todavía...
Al tiempo que me giraba y ponía boca arriba ofreciéndome por entero.
_Tócame...
_Ya te he dicho que no
_Por fi... (mordíendome el labio)...
Se empezó a reír, se giró y metiendo su mano en mi entrepierna dijo:
_No veas como estás... rezumando como una verdadera puta.
_Si... rezumando por ti... porque solo soy tu puta.
Y me desahogó como solo él lo sabe hacer....

Cuando por fin mi respiración volvió lentamente a la normalidad abrí mis ojos y le vi mirándome sonriente y picarón, con un puntito de envidia... al tiempo que me decía: - Nena, hay que ver lo bien que te lo pasas...  Me aferro a ti de nuevo porque en ese momento solo deseo abrazarte. Necesito que me des un gran abrazo, tan inmenso como el orgasmo que acabo de sentir... Pero vuelvo a cerrar mis ojos y muerdo fuertemente mis labios para no dejar escapar lo que tanto deseo... para que no salgan las dos palabras prohibidas que me muero por pronunciar: TE AMO.

Y la tristeza seguía en mi. Era como un pajarraco negro y horripilante planeando sobre nuestras cabezas. 

Después me afané a base de bien con él y le produje un orgasmo como hacía tiempo no sentía. Él sonreía y se le veía ya bien, sin mal humor. Nos aseamos, nos vestimos... y para mi sorpresa se sentó en el sofá y empezó a hablarme de política, de lo que él pensaba sobre la situación que está viviendo nuestro país... etc.

Parecía relajado y podría haber sido uno más de nuestros encuentros, pero... Algo seguía planeando sobre nosotros. Esto no era real. Ambos callábamos y actuábamos como si la discusión anterior no hubiera tenido lugar, pero ahí estaba... creando una franja cada vez mayor entre nosotros dos.

Ahora solo siento miedo y tristeza. Miedo porque con la distancia solo recordará lo que no fuí capaz de hacer. Y tristeza porque creo que lo acabo de perder.


Escrito en verano de 2.012




domingo, 26 de agosto de 2012

Qué soy realmente? Hacia dónde voy?...


Mi querido amigo,

Desde hace varios días no paro de pensar y preguntarme qué soy respecto a mi Lobo? ¿Una sumisa... simplemente una persona sin dignidad... una puta... o una masoquista?

 Esto último no creo porque nunca me ha pegado ni yo a él, pero sin embargo si que a veces me trata bastante mal en sus mensajes al móvil o e-mails que me envía, y aunque me enfado y empezamos a pelear, cuando nos vemos nada de esto es así. Cuando estamos juntos no me dice ningún improperio de los que me escribe y cuando le reto a hacerlo solo sonríe y se calla. Aunque es cierto que a veces, cuando más animado está si que me dice que soy su puta, solo de él... Pero nada más.

Con algunos de sus e-mails he llegado incluso a llorar y a despedirme de él para siempre, pero al final, no puedo hacerlo y él tampoco, y estamos en un juego de "tira y afloja" de nunca acabar. Es más, creo que si alguna vez ya no le siguiera el juego nuestra relación (o lo que sea) habrá terminado, pues mis cabreos y respuestas le dan la chispa que necesita para no aburrirse, pero a veces duelen mucho sus palabras.

No obstante el otro día cuando nos vimos me asusté. Yo estaba sentada y él permanecía de pie con su pene a la altura de mi boca... Me lo estaba comiendo tan feliz cuando me dijo que le avisara cuando fuese a tener un orgasmo, que no le mintiera y le avisara antes de tenerlo. Me quedé parada porque nunca le miento, y más que nada porque a veces tengo varios suaves y no se reconocerlos porque nunca me había pasado, tan solo me pasa con él y desde hace poco. Solo se que a veces mi cuerpo se estremece de los pies a la cabeza como una ola placentera mientras mi respiración se acelera y después todo pasa.... entonces ya estoy más tranquila y me puedo dedicar por entero a complacerle sin pensar en mí.

Sobre todo me pasa cuando estando así, disfrutando ampliamente de su gran pene, me quita la blusa y empieza a masajear mis pechos y mis pezones con una destreza asombrosa... Al poco, mi respiración cambia y sin poderlo evitar le agarro fuertemente los glúteos o incluso he llegado a hincarle las uñas en sus estupendos muslos que me chiflan, y él sigue... y sigue... hasta que me pongo a temblar y después todo cesa. Por eso esta vez me instó a que estuviese atenta para que aprendiera a distinguir una gran excitación de un orgasmo, bajo amenaza de que si no le avisaba cuando estuviese a punto, como castigo no me follaría cuando fuésemos a la cama. Así es que por la cuenta que me traía en cuanto me sentí así le avisé y ahí es cuando me asusté: Él estaba torturando ricamente mis pezones y al avisarle subió una de sus manos hasta mi cuello agarrándomelo... En un segundo pasó por mi imaginación lo que a veces he leído, que hay personas que cuando van a tener un orgasmo les gusta ser estranguladas, y sin poderlo evitar me entró el pánico y le miré tan asustada, que antes de que pudiese protestar él se dio cuenta y dejó mi cuello para subir hasta mejilla, pero lo que vino a continuación me dejó muy parada. Simplemente me dio una bofetada suave, -callé- después otra y  una tercera más fuerte pero sin hacerme daño. Me quedé tan sorprendida que no pude ni hablar y él no comentó nada, solo siguió disfrutando de nuestro encuentro.


Es la primera vez que ha hecho algo así. Tan solo otra vez hace tiempo se le ocurrió darme una palmada en el trasero mientras le hacía una fellatio, y lo mismo... callé porque me sorprendió y porque sabía por mi amiga que a algunos hombres les excitaba hacer eso, pero vino una segunda más fuerte... y otra tercera que me hizo verdadero daño, pues con cada palmada iba aumentando la intensidad. Entonces, sin pensarlo me separé rápidamente y le espeté toda cabreada que qué hacía... _Tranquila -contestó- esto es normal, muchas parejas lo hacen y no pasa nada, a mi me gusta. Pues a mi no! -le respondí- además, sabes que tengo fibromialgia y no quiero que nadie masacre mi cuerpo más de lo que ya está. Y esa fue la primera y última vez que hizo algo así hasta el otro día. Por eso no lo entiendo. Porque a pesar de su mala lengua siempre ha sido muy respetuoso con mis deseos y con todas las amantes que ha tenido, pues por muy macho que se haga, en cuanto una mujer le suelta una lágrima, se desmonta como un castillo de naipes.

¿Qué le pasa? ¿Acaso está sacando ahora su verdadera personalidad... o es solo que ya le aburre el sexo tal cual (o vainilla como dicen) y busca sensaciones más fuertes?

Siempre ha sido muy mandón conmigo, pero desde que nos hemos vuelto a ver después de estar dos años separados, se ha vuelto mucho más y más gruñón. Y yo sigo ahí... aguantándolo y queriéndolo... Es más, no sé si es por esto, por la ausencia tan prolongada que hemos tenido, o por la menopausia... pero el caso es que nunca he tenido tantos orgasmos como ahora ni he disfrutado con tanta bestialidad del sexo y de mi cuerpo. Por eso mi pregunta ¿qué me pasa... por qué lo aguanto todo?


Según tengo entendido las sumisas deben hacer todo lo que sus amos les ordenan (hasta aquí somos iguales) pero también les pegan y castigan con azotes, etc. y varias normas más que en nosotros no existen. Si es cierto que él me dicta como me he de vestir, maquillar y peinar, cuando nos vamos a encontrar, y lo hago porque si no, no hay quien le aguante el mal humor que se le pone. Pero nada más. Por otro lado, cuando terminan su juego, el amo siempre acaricia, besa y abraza a su sumisa porque la cuida con esmero... Y él no quiere saber nada de mimos al acabar y cuando me escribe, siempre recalca que no tengo dignidad por aguantarle todos sus caprichos. Me lo dice porque sabe que es lo que más daño me hace, pero cuando no aguanto más y deseo romper, me habla bien y me dice que es todo un juego sadomasoquista sin ninguna importancia. Y yo ya no sé qué pensar... A veces siento que es así en realidad, pues se que como persona me admira y me tiene gran cariño, pero otras... duele tanto... que me hace sentir muy mal por dentro y con ganas de tirarlo todo por la borda.

Mi querido amigo desconocido ¿me puedes ayudar a intentar comprender dónde encajo?


Mil besitos confusos,

Tu Isla Encantada...