Mi querido amigo,
Desde hace varios días no paro de pensar y preguntarme qué soy respecto a mi Lobo? ¿Una sumisa... simplemente una persona sin dignidad... una puta... o una masoquista?
Esto último no creo porque nunca me ha pegado ni yo a él, pero sin embargo si que a veces me trata bastante mal en sus mensajes al móvil o e-mails que me envía, y aunque me enfado y empezamos a pelear, cuando nos vemos nada de esto es así. Cuando estamos juntos no me dice ningún improperio de los que me escribe y cuando le reto a hacerlo solo sonríe y se calla. Aunque es cierto que a veces, cuando más animado está si que me dice que soy su puta, solo de él... Pero nada más.
Con algunos de sus e-mails he llegado incluso a llorar y a despedirme de él para siempre, pero al final, no puedo hacerlo y él tampoco, y estamos en un juego de "tira y afloja" de nunca acabar. Es más, creo que si alguna vez ya no le siguiera el juego nuestra relación (o lo que sea) habrá terminado, pues mis cabreos y respuestas le dan la chispa que necesita para no aburrirse, pero a veces duelen mucho sus palabras.
Sobre todo me pasa cuando estando así, disfrutando ampliamente de su gran pene, me quita la blusa y empieza a masajear mis pechos y mis pezones con una destreza asombrosa... Al poco, mi respiración cambia y sin poderlo evitar le agarro fuertemente los glúteos o incluso he llegado a hincarle las uñas en sus estupendos muslos que me chiflan, y él sigue... y sigue... hasta que me pongo a temblar y después todo cesa. Por eso esta vez me instó a que estuviese atenta para que aprendiera a distinguir una gran excitación de un orgasmo, bajo amenaza de que si no le avisaba cuando estuviese a punto, como castigo no me follaría cuando fuésemos a la cama. Así es que por la cuenta que me traía en cuanto me sentí así le avisé y ahí es cuando me asusté: Él estaba torturando ricamente mis pezones y al avisarle subió una de sus manos hasta mi cuello agarrándomelo... En un segundo pasó por mi imaginación lo que a veces he leído, que hay personas que cuando van a tener un orgasmo les gusta ser estranguladas, y sin poderlo evitar me entró el pánico y le miré tan asustada, que antes de que pudiese protestar él se dio cuenta y dejó mi cuello para subir hasta mejilla, pero lo que vino a continuación me dejó muy parada. Simplemente me dio una bofetada suave, -callé- después otra y una tercera más fuerte pero sin hacerme daño. Me quedé tan sorprendida que no pude ni hablar y él no comentó nada, solo siguió disfrutando de nuestro encuentro.
Es la primera vez que ha hecho algo así. Tan solo otra vez hace tiempo se le ocurrió darme una palmada en el trasero mientras le hacía una fellatio, y lo mismo... callé porque me sorprendió y porque sabía por mi amiga que a algunos hombres les excitaba hacer eso, pero vino una segunda más fuerte... y otra tercera que me hizo verdadero daño, pues con cada palmada iba aumentando la intensidad. Entonces, sin pensarlo me separé rápidamente y le espeté toda cabreada que qué hacía... _Tranquila -contestó- esto es normal, muchas parejas lo hacen y no pasa nada, a mi me gusta. Pues a mi no! -le respondí- además, sabes que tengo fibromialgia y no quiero que nadie masacre mi cuerpo más de lo que ya está. Y esa fue la primera y última vez que hizo algo así hasta el otro día. Por eso no lo entiendo. Porque a pesar de su mala lengua siempre ha sido muy respetuoso con mis deseos y con todas las amantes que ha tenido, pues por muy macho que se haga, en cuanto una mujer le suelta una lágrima, se desmonta como un castillo de naipes.
¿Qué le pasa? ¿Acaso está sacando ahora su verdadera personalidad... o es solo que ya le aburre el sexo tal cual (o vainilla como dicen) y busca sensaciones más fuertes?
Siempre ha sido muy mandón conmigo, pero desde que nos hemos vuelto a ver después de estar dos años separados, se ha vuelto mucho más y más gruñón. Y yo sigo ahí... aguantándolo y queriéndolo... Es más, no sé si es por esto, por la ausencia tan prolongada que hemos tenido, o por la menopausia... pero el caso es que nunca he tenido tantos orgasmos como ahora ni he disfrutado con tanta bestialidad del sexo y de mi cuerpo. Por eso mi pregunta ¿qué me pasa... por qué lo aguanto todo?
Según tengo entendido las sumisas deben hacer todo lo que sus amos les ordenan (hasta aquí somos iguales) pero también les pegan y castigan con azotes, etc. y varias normas más que en nosotros no existen. Si es cierto que él me dicta como me he de vestir, maquillar y peinar, cuando nos vamos a encontrar, y lo hago porque si no, no hay quien le aguante el mal humor que se le pone. Pero nada más. Por otro lado, cuando terminan su juego, el amo siempre acaricia, besa y abraza a su sumisa porque la cuida con esmero... Y él no quiere saber nada de mimos al acabar y cuando me escribe, siempre recalca que no tengo dignidad por aguantarle todos sus caprichos. Me lo dice porque sabe que es lo que más daño me hace, pero cuando no aguanto más y deseo romper, me habla bien y me dice que es todo un juego sadomasoquista sin ninguna importancia. Y yo ya no sé qué pensar... A veces siento que es así en realidad, pues se que como persona me admira y me tiene gran cariño, pero otras... duele tanto... que me hace sentir muy mal por dentro y con ganas de tirarlo todo por la borda.
Mi querido amigo desconocido ¿me puedes ayudar a intentar comprender dónde encajo?
Mil besitos confusos,